Torrentes incontrolables de enmarañados emocionales brotan de mis poros, me elevan a lo más alto de las esferas conocidas por el hombre a vertiginosas velocidades verdiazules, conforme más subo me siento más cerca del sol, hasta que la velocidad del impulso funde la cohesión de mis moléculas con la interminable gama de chirriantes sonidos con los que me deslío...
"Por fin! Pensé que habitaba unido a la inmensidad del cosmos" me decía cuando me daba cuenta que otra vez, cómo siempre, ese maldito monstruo, LAS SITUACIONES, me tenía subyugado junto a sarcásticos fantasmas que bebían mi sangre en tremendo bacanal, dentro de su estómago me marchito...
Yo creo que esas satisfacciones son para los que tienen un alma bella que pueden contener detrás de los ojos. Para mí no. A mi se me escurre en todo lo que veo, en todo lo que escucho, en todo lo que toco, en todo lo que pienso, en todo lo que deseo, no es bueno ni malo... Tendré que resignarme a metamorfosis perpetuas, mundanas, atado, ciego... inestabilidades frenéticas.
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