De una grieta en este rincón del mundo
se asoma una mosquita, salta y salta
vuela y canta. Es feliz!
No creo que no tenga conciencia,
es que es muy pequeñita,
por eso no se siente atrapada
aunque vive en esta prisión, como yo
Pobre Dios, ha de querer morirse
encerrado en su eternidad.
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