viernes, 12 de junio de 2009

"Están hablando de un cuento que el señor Wren ha escrito, un cuento sobre un caballo con esparaván.
-Pero, yo pensaba que el señor Wren era pintor.
-Claro que sí-dice Borís, guiñando un ojo-, pero en invierno escribe. Y escribe bien... extraordinariamente bien.
Intento hacer hablar al señor Wren, hacer que diga algo, cualquier cosa, que hable del caballo con esparaván, si es necesario. Pero el señor Wren es incapaz de expresarse. Cuado intenta hablar de esos nueve meses monótonos pasados con la pluma en la mano, se vuelve ininteligible. Pasa meses y meses antes de poner una palabra en el papel. (¡Y sólo hay tres meses de invierno!) ¿En qué piensa en todos esos meses y meses de invierno? Que dios me asista, pero no puedo imaginar a ese tipo como escritor. Y, sin embargo la señora Wren dice que, cuando se sienta, sencilamente las ideas le salen a borbotones.
La conversación deriva. Es difícil seguir el hilo del señor Wren, piensa a medida que avanza. La señora Wren expresa todo lo relativo al señor Wren con los colores más bellos. «Piensa a medida que avanza»: encantador, de verdad encantador, como diría Borowsky, pero muy doloroso en realidad, especialmente cuando el escritor no es sino un caballo con esparaván."


Henry Miller Trópico de Cáncer

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